Cambio de blog.

Parece Amenecer, Largos Unisonos


Me escudé en una estupidez digital
para atreverme a decir la manera que te ví desde siempre.
Extraña la situación de paralelamente reír y llorar
con el corazón en la palma y la luz encendida.
Titubeos salían de mis labios junto con mil te quiero,
hasta yo pagaría por haberme visto peor que un borracho.

Mis pupilas y mi mente jamás habían experimentado
conocer a una mujer tan espectacular como tú,
ni miles de hojas me alcanzarían para resumir
todas las cosas que le admiro y adoro.

El amanecer florecía en el espejo de la mar
y cuando te ví en clases temí por mi vida
pensando que al haberte escrito tantas cosas anoche
te diera un dolor estomacal al verla con tanto retorcijón.

Un obrero picaba la tierra con odio, una mujer caminaba
en la feria, otro tipo celebraba media decada,
mi máximo idolo ensayaba para su concierto rompiendo una cuerda,
mientras yo te tenía en mis brazos, sentados mirando la penumbra
de los ojos cerrados. Escuchabamos la doctrina del silencio
que habló por nosotros. Quizás qué pensabas, a lo mejor en algo simple
o existencial mientras una guerra se desataba en mi cabeza
triunfando la abstinencia a mis inmensas ganas de besarte.

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