Dos décadas de Feña.

Lo primero que hice para mi cumpleaños es darle gracias a Dios
(o conocido como la gran energia y también como mounstruo de Spagetti volador)
por cómo a sido mi vida en estas dos décadas, en todo lo que tengo y lo que soy,
en las capacidades que tengo de ser tan malditamente enamoradizo (suena como
fácil...oh ouuh) en mi gran don de perdonar y a pesar de mi intelecto insuficiente
e inculto, al menos tengo las ganas, luchar contra una base nula de conocimientos
-Gracias queridos colegios de mi infancia (Y)-
pero en fin, vivir no a sido en vano, tendré un ojo piti, pero siempre puedo ver más allá.


Ni en el terremoto pasado pensé en mi vieja como ahora,
Es el mejor regalo que he tenido en mi vida, junto con mi hermana claro.
Nunca le he escrito algo, no me considero escritor ni poeta,
pero algo en común tengo con esos genios, el dejar de lado a sus maestros
en escribirle más a las piedras que a su sangre, gastar inspiración en
mujeres infieles en vez de quien te trajo al mundo.

No ha pasado un dia sin recordar mi infancia,
la vida me quitó muy momentaneamente a mi viejo
pero me regaló una madre espectacular y eso lo recuerdo todos los días,
y me faltará vida para devolverle la mano, te amo
y eres el mejor regalo válido por todos los cumpleaños de mi vida.