El Presidente de la República está enfermo, cada día sus huesos se vuelven líquidos,
y es que comer comida tan cara le está haciendo mal, más aún si su cocinero
personal lo odia. El Presidente tiene que dar un discurso el día en que el hombre
más poderoso del mundo venga a nuestro país.
Está en una encrucijada, se siente horrible, no puede ni sentarse acostado,
no puede cancelar el evento.
Es el día "D", la mitad del país está presente en las afueras de la moneda,
notan algo extraño en su Presidente, arriba, muy arriba de él hay un helicópero en donde cuelgan unos hilos que pretenden ser transparentes.
El Presidente hace su discurso como una marioneta, y nadie se dió cuenta.
La costumbre.
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Que cierta tu entrada..., maldita costumbre, maldita monotonía...
Espero que las personas podamos darnos cuenta antes de las cosas, que actúen por su propia voz, sean más libres y no se acostumbren solamente a actuar de acuerdo a lo que los lleve la masa.
A veces es bueno también estar en contra!
Saludos loquillo!
Un abrazo.
Gracias por leer, y comentar, acepto tu abrazo y te doi otro ^^ Saludos!
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