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Historias de un Reloj Derretido

Guy tenía trece años cuando empezó a vivir con su padrastro,
la espera de dejar de ser hijo único porfín tenía cuenta regresiva y la luz se acercaba a su vida.
Todo estaba bien, vivía en un departamento recién entregado y su nuevo llavero exclamaba:
"Bienvenido a Barrio Las Rosas". Todo siguió bien por un tiempo, pero al pasar éste volando por sus retinas se empezó a dar cuenta que no tenía una comunicación oral con su nuevo padre, cuando él llegaba del trabajo solo se limitaba a saludarlo y no era porque su padrastro sólo tenía ojos para su hija recién nacida, sinó que simplemente fué así desde el principio.

Guy siempre esperaba que su "Papá" le preguntara "¿cómo estás?, ¿cómo te fué en la escuela?, ¿cómo estuvo tu día?, ¿cúal es tu música favorita?".

El día en el que su "Padre" le cuestionara estas interrogantes jamás llegó. Pasaron los años, Guy ya iba en la universidad, su hermana asistía a kinder y su padrastro había cambiado de trabajo algunos años. No todo iba bien desde entonces, su madre había tenido incontables discuciones con su marido en las que Guy estuvo involucrado, por esta razón, la comunicación oral de él con su padrastro fué decayendo a tal punto que la unica frase que intercambiaban ya no estaba presente: "Hola". Las cosas no mejoraron del todo, los años pasaban y los punteros del reloj derretido avanzaban como una viruela, Guy tenía su propia familia, su hermana estaba en quinto año de universidad y su padrastro reposaba en un asilo. Un día Guy lo fué a visitar y encontró porfín una pregunta que brotaba de los labios de su padrastro: "¿Quién eres tú?".






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